Entre Algoritmos y Cuidado Humano: ¿Qué Rol Juega la Enfermería en la Era de la IA?

Este artículo plantea una reflexión crítica sobre el papel de la enfermería en la era de la IA, con el objetivo de abrir un diálogo informado, propositivo y alineado con las verdaderas necesidades del cuidado..

INTELIGENCIA ARTIFICIAL ENFERMERÍA

Dr Enrique Angarita

5/12/20253 min leer

Enfermería es sinónimo de cuidado, cercanía, observación clínica y toma de decisiones basadas en la experiencia. Pero hoy, ese escenario está cambiando rápidamente. Los algoritmos empiezan a formar parte del equipo asistencial, sugieren rutas clínicas, priorizan pacientes y hasta anticipan eventos adversos. En medio de esta transformación, muchas voces se preguntan: ¿qué papel queda para la enfermería cuando una máquina puede “predecir” o “recomendar”?

Lejos de suponer una amenaza, la inteligencia artificial (IA) ofrece una oportunidad única para que la enfermería fortalezca su rol como líder en cuidado centrado en la persona. Pero para lograrlo, es necesario entender los alcances reales de esta tecnología y, sobre todo, posicionarse estratégicamente en el proceso de adopción.

¿Una máquina que cuida?

La IA no cuida. No acompaña, no consuela, no interpreta miradas. Pero puede ayudar —y mucho— en el proceso clínico. Puede identificar patrones que el ojo humano no detecta a tiempo, reducir el tiempo de documentación, organizar información dispersa o sugerir conductas basadas en evidencia reciente.

Por ejemplo, un algoritmo puede sugerir que un paciente tiene alto riesgo de úlcera por presión. Pero es la enfermera quien interpreta el dato, valora el contexto, verifica factores adicionales y decide la intervención. En este sentido, la IA no reemplaza, sino que complementa y potencia la labor enfermera.

Nuevas competencias para un nuevo escenario

Este nuevo entorno exige que el profesional de enfermería desarrolle al menos tres grandes capacidades:

  1. Alfabetización digital en salud: Entender qué es la IA, cómo se entrena, de qué depende su funcionamiento y cuáles son sus limitaciones. No se trata de programar, sino de comprender para tomar decisiones informadas.

  2. Pensamiento crítico frente a la tecnología: No todo lo que una máquina dice es correcto. La supervisión humana sigue siendo clave. La enfermería debe ejercer ese juicio clínico informado que distingue entre un dato útil y uno erróneo o mal contextualizado.

  3. Participación activa en diseño y evaluación de sistemas: Los sistemas de IA deben construirse con la voz de quienes están al frente del cuidado. Enfermería puede —y debe— ser parte de los equipos que desarrollan, evalúan e implementan soluciones tecnológicas adaptadas a las realidades clínicas.

¿Dónde ya está presente la IA en enfermería?

  • Triages inteligentes: sistemas que priorizan pacientes en servicios de urgencias basados en algoritmos de riesgo.

  • Registros clínicos predictivos: que sugieren alertas sobre infecciones, caídas o eventos adversos.

  • Asistentes clínicos por voz: que apoyan la documentación durante rondas o procedimientos.

  • Sistemas de gestión de camas y recursos: que optimizan la asignación según cargas de trabajo y condición de los pacientes.

Aunque muchos de estos sistemas aún no están generalizados en Latinoamérica, ya existen pilotos en países como Colombia, México, Argentina o Brasil. Y, en todos los casos, los profesionales de enfermería son usuarios clave.

Análisis crítico: beneficios, desafíos y dilemas

Beneficios

  • Mejora en la toma de decisiones clínicas.

  • Reducción de cargas administrativas repetitivas.

  • Mayor tiempo disponible para el cuidado directo.

Desafíos

  • Poca formación técnica en IA en los currículos de enfermería.

  • Dificultades de infraestructura tecnológica en centros públicos.

  • Riesgo de exclusión profesional si no se adquieren competencias digitales.

Dilemas éticos y profesionales

  • ¿Puede una máquina sugerir omitir una intervención? ¿Quién responde si ocurre un error?

  • ¿Qué pasa con la privacidad del paciente cuando los datos se procesan por sistemas externos?

  • ¿Es justo que las decisiones se tomen basadas en algoritmos que no siempre son transparentes?

Estas preguntas no tienen una única respuesta, pero sí exigen una postura activa. La ética del cuidado debe acompañar cada decisión tecnológica. Y aquí, enfermería tiene una voz poderosa que no puede dejar de usarse.

Conclusión

La era de la inteligencia artificial no es una amenaza para la enfermería: es una oportunidad para fortalecer su esencia. Mientras los sistemas se enfocan en procesar datos, el profesional de enfermería puede enfocarse en lo que nunca podrá automatizarse: la empatía, el juicio clínico, el acompañamiento humano, la escucha activa.

Eso sí, no basta con aceptar la tecnología: hay que entenderla, cuestionarla, moldearla y usarla con criterio. La enfermería del futuro será digital, pero seguirá siendo humana. Y cuanto antes se prepare para este nuevo contexto, más liderazgo podrá ejercer.

¿Estás listo para liderar el cambio digital desde tu rol como enfermero o enfermera? ¿Qué competencias crees que debemos fortalecer como equipo de salud?

¡Comparte tu opinión con nosotros y hagamos de la enfermería un actor clave en la transformación digital en salud!

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